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PSICOLOGIA INFANTIL Y ADOLESCENTE

La asertividad, una estrategia para las personas con baja autoestima.

La asertividad, una estrategia para las personas con baja autoestima. La autoestima verdadera que es descrita por la teoría de la autodeteminación (Deci y Ryan, 1995) consiste en sentimientos de autovalía estables y seguros a lo largo del tiempo, que surgen como resultado de satisfacer las necesidades básicas de autonomía, competencia y relaciones satisfactorias (Elia Roca, 2012). Nuestro nivel de asertividad, es decir, la capacidad que tenemos para poder defender los propios derechos personales, respetando en esa gestión, los derechos personales de los demás nos puede indicar cuál es nuestro grado de autoestima. La mejora de nuestra capacidad para establecer límites con los demás está basada en el conocimiento de estos principios, así como, de las diferentes maneras en que podemos gestionar los conflictos, sabiendo cuándo nos comportamos agresiva, asertiva e inhibidamente. Un aspecto que cabe destacar sobre este proceso es el hecho de que el conocimiento de los derechos asertivos también van a influir en el trato que nos damos a nosotros mismos. Mayoritariamente, las personas con baja autoestima, se encuentran a menudo en un diálogo interno crítico y hostil hacia sí mismas. Este discurso viene marcado por imposiciones propias, o bien adquiridas a lo largo de su aprendizaje y educación. Conocer los derechos personales de manera explícita, permite que se puedan utilizar de guía para cuestionar los hábitos de pensamiento y de conducta, favoreciendo la capacidad de decidir en cada momento. Aspectos fundamentales como el de no tener que ser perfecto, poder decir que no sin sentirnos culpables, poder pedir aquello que necesitamos, o bien, podernos equivocar asumiendo las consecuencias de nuestros errores, pueden ser conocidos, pero no autopermitidos. El análisis de estos principios nos permite empezar ese debate interno entre lo que nos exigimos, y aquello que tenemos potestad por el mismo hecho de ser personas. En este punto ya se inicia el cambio interno. Evidentemente, el camino es más largo pero es un punto de inicio en la mejora de la relación con nosotros mismos, con los demás, en nuestra inteligencia emocional y autoestima.